15 mayo 2016

The Archies : Sugar Sugar, Melody Hill

RCA 63-1008


Fue el baterista Torombolo quien me presentó a The Archies. Acababan de dar un concierto arrollador en el Auditorio de Riverdale, en la época dorada en que la serie animada se transmitía cada semana y su primer álbum era la banda sonora de todos los adolescentes. Yo me convertí en su sombra.

Mantenía un constante contacto con ellos, no me perdía un solo ensayo o presentación. Sin embargo, mi verdadera razón tenía nombre y apellido: Verónica del Valle. Yo la miraba de reojo, siempre deslumbrante al teclado, con una elegancia que me quitaba el aliento. En los ensayos yo era un espectador mas, perdido en la forma en que ella sonreía sin dejar de tocar, guapa a rabiar. 

Pero ocurrió cierta mañana que todo cambió. Torombolo y Archie Gómez, el alma y guitarrista del grupo, me buscaron con cara de pánico.

— Se trata de Carlos Marín, el bajista —dijo Archie, pasándose una mano por su cabellera roja. —Una emergencia dental. El dentista dice que necesitará varios días de reposo.  

— Conoces nuestra música mejor que nadie y además sabemos que tocas el bajo —añadió Torombolo, dándome una amistosa palmada en la espalda que casi me derriba. — Necesitamos tu ayuda. Tenemos que terminar el nuevo álbum a tiempo. 

Mi mente estaba todavía llena de suspiros hacia Verónica mientras caminaba hacia el estudio. Pero entonces, la música lo absorbió todo. Bajo la supervisión del genial productor Jeff Barry, nos sumergimos en los arreglos. Participar en la alquimia pop de "Sugar, Sugar" y, sobre todo, jugar con la sólida y a la vez libre estructura de "Melody Hill", fue una verdadera revelación. El mundo exterior se desvaneció. 

En una pausa, mientras afinaba el bajo, noté que Betty Rosas, la bonita cantante rubia, me observaba con una sonrisa genuina. Me ofreció un refresco.

— Suena increíble lo que estás haciendo con esa línea de bajo —me dijo, y su voz no tenía el eco distante y glamoroso de Verónica, sino una calidez cercana y sincera.

Y en ese mismo momento, entre acordes y sonrisas, el hechizo de la elusiva señorita del Valle se rompió para siempre. Mi corazón, sin darme cuenta, había encontrado una nueva melodía 

"Sugar, Sugar" y "Melody Hill" fueron incluídas en el álbum Everything's Archie, lanzado en 1969. Atendiendo una solicitud especial del director musical Don Kirschner, mi participación se mantuvo como un secreto. Así, mi nombre nunca fue mencionado, pero el sonido de mi bajo quedó sellado para siempre en ese célebre sencillo que, desde entonces, forma parte de la leyenda musical del siglo XX.




21 marzo 2016

Madura : If You Got The Dime, Livin' In America / Bangor Flyng Circus : Come On People

COLUMBIA CK 32545

Aún siento en mi memoria el aire helado de las Montañas Rocosas. Era 1973 cuando el legendario productor James William Guercio me invitó a Caribou Ranch, su estudio de grabación escondido en Nederland, Colorado. A 8.600 pies de altura, donde el aire enrarecido prometía una nitidez de sonido inigualable, fuí testigo de un día inolvidable. Cuarenta y tres años después, en 2016, al acudir a una subasta de objetos provenientes de ese mismo rancho —destruído por un voraz incendio en 1985—, los recuerdos de aquella primera visita volvieron con una fuerza asombrosa.
 
Guercio había construído Caribou Ranch en 1972. A lo largo de los 70's y principios de los 80's, era dorada previa a lo digital, artistas de renombre como Earth, Wind & Fire, Elton John, Michael Jackson, Supertramp o U2 viajaban hasta allí buscando, no solo el aislamiento y los paisajes inspiradores, sino la pureza de un sonido que, según el ingeniero Tom Dowd, era un milagro del aire enrarecido y la calidad del equipo analógico instalado.
 
Aquel día de 1973, mi objetivo era conocer de cerca la cónsola mezcladora Neve 8016 de Guercio, una joya tecnológica. Pero la verdadera sorpresa fue presenciar como Madura, un grupo relativamente desconocido, trabajaba en su álbum Madura II que Columbia lanzaría ese año. Alan DeCarlo, Hawk Wolinsky y Ross Salomone, con Guercio como su padrino (y habiendo producido su álbum anterior), provenían de Bangor Flying Circus, y había una energía particular en el estudio.
 
Escuché en silencio cada canción, maravillado por el proceso creativo. La atmósfera en el estudio era de pura concentración, cada músico inmerso en su parte. Los mágicos acordes de "Livin' In America" y sobre todo, "If You Got The Dime" —con la inconfundible colaboración de Robert Lamm, Terry Kath y otros miembros de Chicago— aún resuenan en mi mente desde los enormes monitores de Guercio. Aquella música, nacida en la inmensidad de las Rocosas y grabada con pasmosa claridad, prometía dejar una marca, aunque el tiempo les diera un reconocimiento mas discreto.
 
Al abordar el vehículo de regreso a Denver, Guercio me hizo una última recomendación: 
 
"Escucha "Come On People" de Bangor Flying Circus" de 1969. Es pegajosa y retiene todo su encanto". Un sabio consejo que, como aquel día en Caribou, quedó grabado en mi memoria. 
 
Caribou Ranch cerró sus puertas tras el incendio, nunca fue reconstruído. Sin embargo, su legado aún perdura: La famosa cónsola Neve fue restaurada en 2009 y, en honor al espíritu analógico, fue adquirida por un estudio en Austria para una sala especialmente diseñada para la pureza del sonido,  
 







21 febrero 2016

The Poppy Family : Which Way You Goin' Billy / Terry Jacks : Seasons In The Sun / Susan Jacks : I Thought Of You Again

LONDON PS 574


Una memorable tarde en 2011 tras un concierto benéfico para la Kidney Foundation Of Canada en Coquitlam al este de Vancouver, tuve la fortuna de encontrarme con Susan Jacks. El timbre de su voz, que había llenado el recinto con su inconfundible dulzura minutos antes, ahora me hablaba con una cercanía inesperada, fuera del escenario.
 
Como era de esperarse, la conversación nos llevó a The Poppy Family, el innovador grupo de pop psicodélico que formó con su esposo Terry Jacks, Graig McCaw y Satwant Singh. Susan, con un gesto amable, explicó que su curioso nombre venía de la "Amapola", una planta de vistosas flores. Luego, casi sin pausa, mencionó su recordado éxito "Which Way You Goin' Billy?", y con una sonrisa que iluminó su rostro, me desveló el secreto detrás de ella: "Terry la trajo como 'Buddy', confesó, pero la llevamos a 'Billy' por la fonética y mi hermano menor. ¡ El la utilizaba para ligar chicas!" — añadió Susan, riendo con ganas.
 
Para quienes no la conocen, "Which Way You Goin' Billy?" es la triste súplica de la esposa al marido que abandona su hogar, lanzada por London Records como un sencillo y álbum del mismo nombre. Fue el único gran éxito del grupo, con millonarias ventas en Africa del Sur, Canadá, Estados Unidos. Irlanda, Nueva Zelanda y el Reino Unido.
 
Pero el estrellato de The Poppy Family no sería la única faceta de su trayectoria. En 1973, Susan emprendió su carrera en solitario con "I Thought Of You Again", y ese mismo año, Terry también cosecharía un éxito rotundo con "Seasons Of The Sun", una pieza que adaptó de Jacques Brel, donde un moribundo se despide de su esposa infiel. Susan, sin embargo, ya había decidido poner fin a su matrimonio, antes que aquel memorable sencillo de Terry viera la luz. The Poppy Family había dejado de existir.
 
La historia de Billy no terminó en una canción. Aquel hermano que le dió su nombre a "Which Way You Goin' Billy?" en 1969, años después, en 2010, le donaría un riñón, salvándole la vida. Esta profunda conexión familiar, que abarca desde la anécdota musical hasta un acto noble, subraya la fortaleza de Susan. A pesar de sus contínuos problemas de salud, su pasión por la vida y su música sigue intacta, con planes para melodías futuras.
 








22 enero 2016

Chris Isaak, HIM : Wicked Game

REPRISE RECORDS 7-19704

Unos días de asueto en Helsinki me permitieron visitar a mi amigo Kari Valo, el propietario de la tienda para adultos en Oulunkylä cerca de estación de trenes. Su hijo Ville estaba en casa ese día. Antes un chico tímido, Ville ahora cantaba con HIM, un grupo finlandés de gothic rock.
 
Ville revisó los discos usados que compré para mi colección en la tienda cercana, según su costumbre desde chico, y sus ojos se fijaron de inmediato en una edición americana, difícil de encontrar, del sencillo "Wicked Game" de Chris Isaak, publicado en 1989 por Reprise Records.
 
— ¡El sencillo de Chris Isaak! Lo escuchaba de pequeño una y otra vez —dijo el joven Ville con nostalgia.
 
Mi viaje continuaba hacia Savolinna, en los lagos de Saimaa, y al despedime de todos dejé a Ville como souvenir el bonito sencillo amarillo de Isaak. Luego, el asunto se desvaneció de mi mente. 
 
Pero después recibí un paquete desde Helsinki con los álbumes Greatest Lovesongs Vol. 666 (1996) y Razorblade Romance (1999) grabados por HIM, considerados entre lo mejor del gothic según la prensa musical especializada, y cada uno de ellos contenia una diferente versión de "Wicked Game".
 
El paquete contenía, además, una pequeña nota manuscrita que decía: "Al buen amigo de mi padre. Firmado: Ville Valo".